martes, 17 de marzo de 2009

Una lectura desde la topología, de la obra de Cándido López, Lucio Fontana, Víctor Grippo y Raúl Lozza (*)


PONENECIA SOBRE VÍCTOR GRIPPO


Para analizar el trabajo de Víctor Grippo, es necesario referir el abordaje de su producción artística, al campo del arte conceptual.
Sobre todo, por la implicancia que esto tiene en relación a un análisis vinculado con la configuración espacial de la obra.
Es que hablar de arte conceptual implica considerar, de modo imprescindible, una serie de referencias, entre ellas, la de Marcel Duchamp, en relación con el objeto, la que la lingüística adquirió, desde Ferdinand de Sassure en adelante en todos los campos del conocimiento, y más recientemente los análisis desde la semiótica que establece parámetros concretos para la operatoria artística.
A partir de ello y en relación con la obra de Grippo, la configuración espacial ya no responde a los criterios visuales de la representación bidimensional, sino que se transforma en relación a la presentación en el espacio real del trabajo con objetos. En este caso particular, un objeto cotidiano.
El estatuto de la obra debe considerarse entonces de manera diferencial respecto del de la pintura.
En síntesis se hace necesario considerar un espacio cualitativo, topológico, relacionado con el discurso estético, diferenciándolo del espacio euclidiano u ordinario en el cual se emplaza la obra, espacio en el que nos movemos y en relación al cual se establecería una nueva dimensión, discursiva, metafórica, vinculada a la operatoria artística en tanto procedimientos de articulación física de los objetos. Si bien la obra es material, ella se mueve en un espacio virtual.
Ese espacio surge, en Grippo, a partir de la articulación entre el universo de relaciones de lo manual y el de relaciones de lo conceptual (podríamos decir entre el quirotopo y el alethotopo).
Un sitio en el que el objeto es asumido como campo material y conceptual.
Debo destacar aquí otro punto; aunque no vaya a desarrollarlo en este trabajo destinado específicamente al análisis espacial desde la topología; es la modificación de la relación obra/sujeto que a partir de esta operatoria se establece y que marca lo diferencial del estatuto respecto de la pintura, anteriormente referido.
Por último, creo necesario agregar a este breve análisis la marcada influencia en al campo de las prácticas artísticas de la época de las ideas de Claude Shanon y Marshal Mac Luhan, vinculada a las teorías de la información y la comunicación respectivamente y que queda de alguna forma registrada en la denominación: “…arte de sistemas…” y “ …arte de proceso…”, vinculada a la labor del “Grupo de los trece”, del cual Grippo formó parte, en la época de la producción de la obra analizada en este trabajo.
Esta introducción breve, permite considerar el concepto de espacio vinculado a modos relacionados con prácticas artísticas conceptuales.
Concretamente a la organización espacial de la analogía entre discurso estético-discurso del sujeto y el análisis de la autorrferencia, fundadas en la topología y particularmente en este caso, respecto de una de sus figuras clásicas: la Banda de Moebius
Es importante referir que cuando Jaques Lacán propone la Banda de Moebius como “mostración” del sujeto, en tanto espacialización del mismo, lo que propone es la relación entre lo conciente y lo inconsciente, entendida como una estructura (bidimensional) fundamental de dos escenas producida por la estructura del lenguaje, dado que es una propiedad del mismo que se produzca la diferencia entre enunciado y enunciación.
Enunciación que considerará la punta del iceberg de los significados sumergidos, implícitos y que junto al significante como materialidad pondrán de manifiesto, sobre la banda, el concepto: continuidad-discontinuidad.
Así, al analizar Energía de una papa (ver Anexo 1), podemos referir la estructura citada: enunciado/enunciación; al visualizar el “objeto papa”, como enunciado, como literal del objeto cotidiano, pero desdoblado respecto de la obra por el dispositivo que opera el discurso y que hace manifiesta la enunciación al poner de manifiesto un campo de intensidades y devolvernos el significante energía, como índice, a través del voltímetro que lo evidencia. Esta operación hace perceptible ese desdoblamiento del objeto respecto de su función habitual, posibilitando una nueva dimensión, por medio de procedimientos de articulación física de los objetos.
La elección de este trabajo, el primero de una serie importante en la producción artística de Víctor Grippo, por su simpleza, permite incluso percibir, el soporte de la Banda de Moebius en la formalización concreta de la obra y visualizar la media torsión en la disposición del dispositivo eléctrico (inversión de los cables).
Formalización y concepto, enunciado/enunciación, operando en un espacio cualitativo en el que se hace manifiesta la estructura de lo inefable.. Un puente intensivo, una conexión por medio de la cual pasamos de la papa a la energía, análogamente un tránsito entre la no conciencia y la conciencia. Una cambio de dimensión, una emergencia que como el propio artista refiere, va: “…de lo manual a lo mental…”, en un espacio cualitativo y complejo, sosteniendo una inmaterialidad a través de frágiles y firmes puentes.




(*) Charla desarrollada en el CEDIP, el día 12 de diciembre de 2008, por el Equipo de Investigación en Arte y Topología del Departamento de Artes Visuales Prilidiano Pueyrredón integrado por:
Lic Graciela Marotta - Directora
Lic. Dante Poletto - Codirector
Lic. Raquel Bigio, Lic. Carina Ferrari y Lic. Clara Rinder - Investigadoras

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