1. Relaciones entre proceso artístico y sujeto
Para introducirme en el tema quiero comenzar por hacer referencia a la relación entre dispositivo y sujeto. Entendemos por dispositivo a todo mecanismo o artificio dispuesto para producir una acción prevista.
Con dos ejemplos tomados de la pintura, deseo enfocar como estos dispositivos articulan el proceso artístico y la resultante de este respecto del sujeto
El primer ejemplo se refiere a la perspectiva. No es casual tomarlo como punto de partida ya que es uno de esos momentos en que el conocimiento científico de la época y el proceso artístico se ven ligados, a partir de los descubrimientos de la óptica, por la tecnología de la perspectiva.
De la aplicación de una dispositivo tal, resulta una superficie que relaciona el resultado del proceso artístico con la captura en un punto ideal, de un sujeto convertido en un ojo, al que se le corrigen ciertos desviaciones, aberraciones marginales, como resultado de la aplicación de la perspectiva.
Un sistema cerrado en equilibrio, que propone un sujeto centrado.

La Escuela de Atenas - Rafael (1508)
El segundo ejemplo se refiere a la obra La novia puesta al desnudo por sus célibes, incluso de Marcel Duchamp, también conocida como el Gran Vidrio (1915-1922).
En medio podríamos incluir algunos otros dispositivos, tales, como Las Meninas, (donde el sujeto capturado por la mirada, se ve obligado a construir un espacio que se organiza en función del mecanismo que captura esa mirada y que implica ciertos plegamientos virtuales que la ubican ya no fuera sino dentro del espacio de la obra) o Las señoritas de Avignon donde la experiencia del espacio surge de la captura de la percepción del sujeto ubicado en diferentes puntos de vista.

La Novia puesta al desnudo por sus célibes, incluso - Marcel Duchamp (1915-22)
El Gran vidrio funciona como un dispositivo que no opera a partir de la captura de un sujeto ubicado en un punto fijo, ni desde un principio óptico, o únicamente perceptivo, sino a partir del juego interpersonal, que de un lado y del otro pone en juego la pulsión escópica por medio de la mirada, elemento constitutivo del sujeto.
La obra es lo que se ve a través del vidrio. En un momento observador, pero también observado, el sujeto, pone en juego el circuito de la mirada: mirar, mirarse, ser mirado.
Un circuito que se retroalimenta.
Se despliega un proceso de interacción, en un espacio que habla a través del sujeto generador, en relación con la obra, que se transforma en parte de una alteridad que convierte la superficie en intensiva. La obra propone el azar por la relación interpersonal entre sujetos que se ligan a la misma alternativamente como un otro. Nunca, ninguno, esta inmerso en ella, pero para cada uno es el otro el que la integra. La obra se conforma No una pantalla de proyección sino a la manera de una pantalla de pc pantalla que construye comunicación.
Ese circuito de la mirada se constituye montaje a través de la pulsión como impulso psíquico característico de los sujetos de la especie humana, que se presenta como energía psíquica, resultante de la constitución del sujeto.
La pulsión, para Lacan, se comporta entonces como un montaje por el que la sexualidad participa en la vida psíquica: una energía inconsciente que trata de restablecer el equilibrio perdido, y por ello reelabora flujos energéticos que operan entre lo psíquico y lo somático.
Max Ernst refiriéndose a la idea de montaje lo considerará como: "exploración del encuentro casual de dos realidades distantes, sobre un plano no conveniente".
Similar al concepto de interfaz que la establece como el punto, el área, o la superficie a lo largo de la cual dos cosas de naturaleza distinta convergen. Por extensión, se denomina interfaz a cualquier medio que permita la interconexión de dos procesos diferenciados con un único propósito común
El gran vidrio se comportría entonces como un dispositivo virtual que conecta sujetos por medio de la pulsión esc{opica. Un modulador-demodulador de esa energía sobre la que se construye la mirada subjetiva. Una acto de comunicación donde el dispositivo, propone lo estético como la calidad de una experiencia; y que permite experimentarnos a nosotros mismos (no solo al mundo) de una forma diferente.”
La obra sería superficie sobre la que se origina ese montaje: cuerpo, psique, mecanismo virtual, que preanunciaría una superficie sensible, dinámica. Una pintura centrada en el tránsito entre dos estados. O como posteriormente en su film Anemic Cinema que denota una construcción en el sentido de una superficie intensiva, casi de comportamiento pulsional de esa superficie de proyección, que crea campos de intensidad.
Un dispositivo tal, permitiría un montaje, que no implica un amontonamiento azaroso, sino lo que particularmente cada sujeto teje en su singularidad respecto del otro, elementos que producen un sentido nuevo, no simplificable a la suma de estos.
Una superficie sobre la que se ligan y desligan, independientemente diferentes elementos.
El gran vidrio podría ser pensado, entonces, como un dispositivo que presenta una interfaz virtual, analógica, que enlazaría dinámicas mecánicas, orgánicas y psíquicas, de manera virtual.
Se extrae de allí, un sujeto en cambio; un sistema abierto, mezcla de azar y determinismo, cuya tendencia no es al equilibrio, sino los desequilibrios que conducirán a nuevos reequilibrios.
La novia (obra de 1912) permite ver el criterio de montaje, como representación, de uno de esos estados de tránsito dinámico que el gran vidrio propone.

La Novia - Marcel Duchamp (1912)
2. Nuevos Medios
Cada nuevo medio propone un cambio de escala, Así como puede ser entendido como una extensión del cuerpo humano, una de las características más importantes es su poder para modificar el curso y funcionamiento de las relaciones y las actividades humanas.
De esta manera, cada nuevo medio parece un puente entre: “…la producción de imaginario, como característica central de nuestra especie…” (Wolton: 2000, 45) y lo real en tanto impasse de la formalización.
Acercarnos a los denominados nuevos medios (medios electrónico-digitales) desde la idea de interfaz y el código, nos permite pensar las nuevas condiciones, categorías, y funcionamientos que los caracterizan.
Lo digital por el número, a través del código binario permite el acceso a una obra que se ha acercado a lo dialógico, como construcción abierta e interactiva. A partir de un criterio conectivo, generativo, que transforma la obra como grupo orgánico-transformable, como sistema vivo.
Retomar la idea de interfaz o sea el punto, el área, o la superficie a lo largo de la cual dos cosas de naturaleza distinta convergen. Posibilita pensar la praxis artística como combinatoria de códigos, surgida del número y la letra que hace posible replantear la interfaz entre cultura y naturaleza.
Permite descomponer, recombinar, inventar, innovar. Caracterizando La importancia fundamental del proceso digital de homogeneizar en cadenas de unos y ceros todas las fuentes de información (fenómenos materiales, procesos naturales, estimulaciones sensoriales), y reducirlas a un mismo código.”
Los códigos digitales se convierten en palabras de Lozano Hemmer: “A través del lenguaje de programación, …en un tipo de lubricante o de pegamento entre los diferentes medios”.
Pensar una interacción de pulsiones humanas y de pulsiones maquínicas ("como trazas energéticas"), No como interacción reactiva, articulada desde el circuito estimulo-respuesta, sino interacción desde lo pulsional, ¿podríamos hablar de pulsiones sintéticas, tal vez?, que el código constituiría en el origen de la obra y a partir de una serie de modulaciones interseccionría obra y sujeto en una comunicación de carácter no reactivo. Código modulador-demodulador. Formas autogenerativas capaces de interactuar en una nueva relación humano-naturaleza.

Génesis - Eduardo Kac (2003)

Alexitimia - Paula Gaetano (2006)
Una obra tal, posibilitaría pensar un sujeto que desde allí podría interrogar de forma crítica un universo de posibilidades nuevas, que el proceso artístico, desde la conexión de componentes y dispositivos electrónico-digitales, establecerían como aproximaciones incompletas entre el imaginar y el construir, como acontecimiento que es metáfora.
Un universo de emergencias particulares, un proceso artístico que construye y que propone, un trabajo en las fronteras del arte mismo, siempre incierta, efímera, siempre móvil, plegada y replegada hacia el pensamiento científico y la tecnología, en montajes absolutamente novedosos que no solo desenvuelven sentido, también construyen.
Obras como las de Eduardo Kac, inmersivas como las de Rejane Cantoni, o trabajos de Lozano Hemmer en clara sintonía con el dispositivo del gran vidrio u objetos robóticas como el de Paula Gaetano, que vemos en la imagen ponen de manifiesto estas posibilidades.

OP_ERA: Haptic Wall - Daniela Kutschat y Rejane Cantoni (2004)
Habilitar canales diversos para una operatoria de análisis y praxis artística, inscriptas en ese contexto, configura a la noción de combinatoria como portadora de un germen conectivo que aparece como un puente entre lo digital y lo analógico, lo virtual y lo real, constituido zona de confluencia, posibilidad que pone en juego la obra como espacio de cruce, sitio de nuevas formaciones y área de interconexión de procesos diferenciados, campo de relaciones, de comunicación. Un proceso tendiente al acontecimiento.

OP_ERA: Sonic Dimension - Daniela Kutschat y Rejane Cantoni (2004)

Relational Arquitecture - Rafael Lozano Hemmer (2001)
Este análisis y concepción de la práxis artística convierte a la obra en evento emergente de una red semiótica, tecnológica, cultural, biológica, social, y la considera proceso de producción de sentido, que se inscribe en el espacio de la cultura, signado y transformado por las redes que interconectan y comunican la producción humana-natural, por medio de interfaces que la hacen posible.
Un cúmulo de operatorias que construyen la enunciación, lo dialógico, lo negociado, como refiere Ascott, a partir de la interactividad y la conectividad en la interrelación entre sistemas y sus emergencias contextuales.
De esta forma, la obra opera en un sistema de permanente intermodulación, como señala Brea, que a partir de lo complejo, produce constante hibridación. Un proceso artístico que abiertamente construye generación de diferencias a partir de diferencias.
Presentación realizda por Dante Poletto en la Mesa Redonda Viejos medios/Nuevos Medios. Proceso artístico, ciencia y tecnología en la Muestra Euro Americana de Cine, Video y Arte Digital - Alianza Francesa - Buenos Aires - Noviembre 2007
Para introducirme en el tema quiero comenzar por hacer referencia a la relación entre dispositivo y sujeto. Entendemos por dispositivo a todo mecanismo o artificio dispuesto para producir una acción prevista.
Con dos ejemplos tomados de la pintura, deseo enfocar como estos dispositivos articulan el proceso artístico y la resultante de este respecto del sujeto
El primer ejemplo se refiere a la perspectiva. No es casual tomarlo como punto de partida ya que es uno de esos momentos en que el conocimiento científico de la época y el proceso artístico se ven ligados, a partir de los descubrimientos de la óptica, por la tecnología de la perspectiva.
De la aplicación de una dispositivo tal, resulta una superficie que relaciona el resultado del proceso artístico con la captura en un punto ideal, de un sujeto convertido en un ojo, al que se le corrigen ciertos desviaciones, aberraciones marginales, como resultado de la aplicación de la perspectiva.
Un sistema cerrado en equilibrio, que propone un sujeto centrado.

La Escuela de Atenas - Rafael (1508)
El segundo ejemplo se refiere a la obra La novia puesta al desnudo por sus célibes, incluso de Marcel Duchamp, también conocida como el Gran Vidrio (1915-1922).
En medio podríamos incluir algunos otros dispositivos, tales, como Las Meninas, (donde el sujeto capturado por la mirada, se ve obligado a construir un espacio que se organiza en función del mecanismo que captura esa mirada y que implica ciertos plegamientos virtuales que la ubican ya no fuera sino dentro del espacio de la obra) o Las señoritas de Avignon donde la experiencia del espacio surge de la captura de la percepción del sujeto ubicado en diferentes puntos de vista.

La Novia puesta al desnudo por sus célibes, incluso - Marcel Duchamp (1915-22)
El Gran vidrio funciona como un dispositivo que no opera a partir de la captura de un sujeto ubicado en un punto fijo, ni desde un principio óptico, o únicamente perceptivo, sino a partir del juego interpersonal, que de un lado y del otro pone en juego la pulsión escópica por medio de la mirada, elemento constitutivo del sujeto.
La obra es lo que se ve a través del vidrio. En un momento observador, pero también observado, el sujeto, pone en juego el circuito de la mirada: mirar, mirarse, ser mirado.
Un circuito que se retroalimenta.
Se despliega un proceso de interacción, en un espacio que habla a través del sujeto generador, en relación con la obra, que se transforma en parte de una alteridad que convierte la superficie en intensiva. La obra propone el azar por la relación interpersonal entre sujetos que se ligan a la misma alternativamente como un otro. Nunca, ninguno, esta inmerso en ella, pero para cada uno es el otro el que la integra. La obra se conforma No una pantalla de proyección sino a la manera de una pantalla de pc pantalla que construye comunicación.
Ese circuito de la mirada se constituye montaje a través de la pulsión como impulso psíquico característico de los sujetos de la especie humana, que se presenta como energía psíquica, resultante de la constitución del sujeto.
La pulsión, para Lacan, se comporta entonces como un montaje por el que la sexualidad participa en la vida psíquica: una energía inconsciente que trata de restablecer el equilibrio perdido, y por ello reelabora flujos energéticos que operan entre lo psíquico y lo somático.
Max Ernst refiriéndose a la idea de montaje lo considerará como: "exploración del encuentro casual de dos realidades distantes, sobre un plano no conveniente".
Similar al concepto de interfaz que la establece como el punto, el área, o la superficie a lo largo de la cual dos cosas de naturaleza distinta convergen. Por extensión, se denomina interfaz a cualquier medio que permita la interconexión de dos procesos diferenciados con un único propósito común
El gran vidrio se comportría entonces como un dispositivo virtual que conecta sujetos por medio de la pulsión esc{opica. Un modulador-demodulador de esa energía sobre la que se construye la mirada subjetiva. Una acto de comunicación donde el dispositivo, propone lo estético como la calidad de una experiencia; y que permite experimentarnos a nosotros mismos (no solo al mundo) de una forma diferente.”
La obra sería superficie sobre la que se origina ese montaje: cuerpo, psique, mecanismo virtual, que preanunciaría una superficie sensible, dinámica. Una pintura centrada en el tránsito entre dos estados. O como posteriormente en su film Anemic Cinema que denota una construcción en el sentido de una superficie intensiva, casi de comportamiento pulsional de esa superficie de proyección, que crea campos de intensidad.
Un dispositivo tal, permitiría un montaje, que no implica un amontonamiento azaroso, sino lo que particularmente cada sujeto teje en su singularidad respecto del otro, elementos que producen un sentido nuevo, no simplificable a la suma de estos.
Una superficie sobre la que se ligan y desligan, independientemente diferentes elementos.
El gran vidrio podría ser pensado, entonces, como un dispositivo que presenta una interfaz virtual, analógica, que enlazaría dinámicas mecánicas, orgánicas y psíquicas, de manera virtual.
Se extrae de allí, un sujeto en cambio; un sistema abierto, mezcla de azar y determinismo, cuya tendencia no es al equilibrio, sino los desequilibrios que conducirán a nuevos reequilibrios.
La novia (obra de 1912) permite ver el criterio de montaje, como representación, de uno de esos estados de tránsito dinámico que el gran vidrio propone.

La Novia - Marcel Duchamp (1912)
2. Nuevos Medios
Cada nuevo medio propone un cambio de escala, Así como puede ser entendido como una extensión del cuerpo humano, una de las características más importantes es su poder para modificar el curso y funcionamiento de las relaciones y las actividades humanas.
De esta manera, cada nuevo medio parece un puente entre: “…la producción de imaginario, como característica central de nuestra especie…” (Wolton: 2000, 45) y lo real en tanto impasse de la formalización.
Acercarnos a los denominados nuevos medios (medios electrónico-digitales) desde la idea de interfaz y el código, nos permite pensar las nuevas condiciones, categorías, y funcionamientos que los caracterizan.
Lo digital por el número, a través del código binario permite el acceso a una obra que se ha acercado a lo dialógico, como construcción abierta e interactiva. A partir de un criterio conectivo, generativo, que transforma la obra como grupo orgánico-transformable, como sistema vivo.
Retomar la idea de interfaz o sea el punto, el área, o la superficie a lo largo de la cual dos cosas de naturaleza distinta convergen. Posibilita pensar la praxis artística como combinatoria de códigos, surgida del número y la letra que hace posible replantear la interfaz entre cultura y naturaleza.
Permite descomponer, recombinar, inventar, innovar. Caracterizando La importancia fundamental del proceso digital de homogeneizar en cadenas de unos y ceros todas las fuentes de información (fenómenos materiales, procesos naturales, estimulaciones sensoriales), y reducirlas a un mismo código.”
Los códigos digitales se convierten en palabras de Lozano Hemmer: “A través del lenguaje de programación, …en un tipo de lubricante o de pegamento entre los diferentes medios”.
Pensar una interacción de pulsiones humanas y de pulsiones maquínicas ("como trazas energéticas"), No como interacción reactiva, articulada desde el circuito estimulo-respuesta, sino interacción desde lo pulsional, ¿podríamos hablar de pulsiones sintéticas, tal vez?, que el código constituiría en el origen de la obra y a partir de una serie de modulaciones interseccionría obra y sujeto en una comunicación de carácter no reactivo. Código modulador-demodulador. Formas autogenerativas capaces de interactuar en una nueva relación humano-naturaleza.

Génesis - Eduardo Kac (2003)

Alexitimia - Paula Gaetano (2006)
Una obra tal, posibilitaría pensar un sujeto que desde allí podría interrogar de forma crítica un universo de posibilidades nuevas, que el proceso artístico, desde la conexión de componentes y dispositivos electrónico-digitales, establecerían como aproximaciones incompletas entre el imaginar y el construir, como acontecimiento que es metáfora.
Un universo de emergencias particulares, un proceso artístico que construye y que propone, un trabajo en las fronteras del arte mismo, siempre incierta, efímera, siempre móvil, plegada y replegada hacia el pensamiento científico y la tecnología, en montajes absolutamente novedosos que no solo desenvuelven sentido, también construyen.
Obras como las de Eduardo Kac, inmersivas como las de Rejane Cantoni, o trabajos de Lozano Hemmer en clara sintonía con el dispositivo del gran vidrio u objetos robóticas como el de Paula Gaetano, que vemos en la imagen ponen de manifiesto estas posibilidades.

OP_ERA: Haptic Wall - Daniela Kutschat y Rejane Cantoni (2004)
Habilitar canales diversos para una operatoria de análisis y praxis artística, inscriptas en ese contexto, configura a la noción de combinatoria como portadora de un germen conectivo que aparece como un puente entre lo digital y lo analógico, lo virtual y lo real, constituido zona de confluencia, posibilidad que pone en juego la obra como espacio de cruce, sitio de nuevas formaciones y área de interconexión de procesos diferenciados, campo de relaciones, de comunicación. Un proceso tendiente al acontecimiento.

OP_ERA: Sonic Dimension - Daniela Kutschat y Rejane Cantoni (2004)

Relational Arquitecture - Rafael Lozano Hemmer (2001)
Este análisis y concepción de la práxis artística convierte a la obra en evento emergente de una red semiótica, tecnológica, cultural, biológica, social, y la considera proceso de producción de sentido, que se inscribe en el espacio de la cultura, signado y transformado por las redes que interconectan y comunican la producción humana-natural, por medio de interfaces que la hacen posible.
Un cúmulo de operatorias que construyen la enunciación, lo dialógico, lo negociado, como refiere Ascott, a partir de la interactividad y la conectividad en la interrelación entre sistemas y sus emergencias contextuales.
De esta forma, la obra opera en un sistema de permanente intermodulación, como señala Brea, que a partir de lo complejo, produce constante hibridación. Un proceso artístico que abiertamente construye generación de diferencias a partir de diferencias.
Presentación realizda por Dante Poletto en la Mesa Redonda Viejos medios/Nuevos Medios. Proceso artístico, ciencia y tecnología en la Muestra Euro Americana de Cine, Video y Arte Digital - Alianza Francesa - Buenos Aires - Noviembre 2007
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